¡Bienvenidos al Museo del Colegio San José de Rafaela!
Ubicado en el corazón de la ciudad, nuestro museo es un tesoro escondido que alberga una rica colección de objetos y documentos que narran la historia del Colegio San José y su impacto en la comunidad rafaelina a lo largo de los años.
Es necesario hacer mención a quien fue el iniciador de la obra educativa católica en nuestra ciudad, el Padre Francisco Palmieri, fundador de un colegio para las hijas de los colonos establecidos en esta zona, y que hizo venir desde Savona (Italia) a las hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia para atender la educación de los jóvenes. En 1902 un sacerdote, Teniente Cura de la iglesia Parroquial, el Padre Dimas Mateos funda un colegio Católico para varones y lo denomina Instituto Italo Argentino y Colegio Católico. Estaba ubicado en calle Rivadavia y Viamonte. El Padre Evilasio Zapico estuvo al frente del establecimiento hasta la llegada de los Hermanos Maristas. El Colegio tenía en esos momentos pupilos, medios pupilos y externos. Varios años dura este Colegio a pesar de las dificultades económicas y los escasos recursos, y en el año 1914 el Colegio Parroquial para varones se llamará Colegio “San José”. De la escuela ubicada en calle Rivadavia y Viamonte pasan a alquilar en 1915 la propiedad ubicada en Avenida Lehmann hasta 1920. Es entonces cuando el Colegio San José pasa a ocupar la casa ubicada en calle 9 de Julio y Necochea. Así Zapico, Anduiza y Cordero son los verdaderos fundadores de aquel primer Colegio “San José” que funcionó desde 1914 hasta 1924.
La congregación había nacido en la Valla, Francia, por obra del sacerdote Marcelino Champagnat en 1817 con propósitos educativos, pero sus miembros debieron salir del país por la persecución del gobierno. En 25 de septiembre de 1903 llegan a Buenos Aires. En cuanto a su venida a Rafaela, las gestiones realizadas por el padre Dimas Mateos ante los hermanos dio sus frutos y enviaron al Hno. Protasio Pascal. En enero de 1925 llegan a Rafaela y se firma el contrato de transferencia en el cual los hermanos maristas compran el Colegio San José. Según un acta de ese año el número de inscripción alcanzaba los 153 alumnos. La primera dificultad que encontraban era que el edificio era demasiado pequeño para albergar a la cantidad de alumnos. La gran labor de los hermanos en cuanto a la reparación y el pintado del Colegio hicieron el cambio. El colegio contó con el apoyo de los padres desde sus comienzos por la calidad de enseñanza y la excelente disciplina. La gran aceptación en Rafaela movió a la congregación a abrir en 1929 los cursos comerciales de tres años de estudio. En 1930 se funda la biblioteca Champagnat, con 1000 volúmenes y que cuenta con sus propios estatutos y comisión directiva. El alumnado es cada vez mas numeroso, siendo el primer director del Colegio el Hno. Protasio Pasca; en el año 1933 la población escolar es de 239 alumnos entre primaria y secundaria. El 2 de julio de 1936 se permitirá la incorporación del colegio San José al Colegio Nacional de Rafaela. En 1939 se decide incorporar laicos al plantel del personal, como así también profesores de secundaria. En septiembre de 1942 se construye un mástil en el patio del colegio, que se inaugura en octubre de este año. LA Congregacion necesita reponer religiosos en las comunidades diezmadas por la Guerra Civil Española, y es por ello que todos los hermanos deben volver a su patria de origen. Como consecuencia, la Provincia Argentina toma bajo su jurisdicción el Colegio San Jose, pero de conformidad con el compromiso educativo del establecimiento de los padres. Empieza el año 1944 con poco alumnado (261 de los cuales 73 son pupilos, entonces para superar esto se promueve la inscripción de alumnos y en automóvil propio o alquilado los Hermanos se trasladan a los pueblos y visitan las chacra. El resultado que se obtiene de esta visita es concluyente en 1947, los alumnos ya son 288 y en 1948, 554, de los cuales 95 son internos. En 1948 se cierra la sección secundaria Comercial por la falta de educadores. En 1951, los herederos del dueño de la vivienda que ocupaba el Colegio aceptan la propuesta de los Hermanos y la operación de compra se concreta el 14 de diciembre de 1951. Al cumplirse 30 años de la vida marista en Rafaela, se inaugura un busto del fundador Marcelino Champagnat en el patio del colegio. El 30 de marzo de 1956 los hermanos empiezan una labor catequista en el barrio Villa Podio. El 6 de junio de 1958 se bendice las nuevas instalaciones, para esa construcción se usa el terreno en el patio sobre calle Necochea. Al iniciarse 1963, se reanudan los cursos comerciales con una inscripción superior de alumnos. Esto exige el aumento del personal y se debe recurrir a algún profesor civil para reemplazar a los hermanos que no alcanzan. Los padres encaran la adquisición de un campo de deportes sobre la ruta 70. El campo es inaugurado en 1966, y en 1968 se construye la estructura del salón y la casa del cuidador. También se adquiere un ómnibus para el traslado de alumnos. Tambien, la asociación de padres invierte una suma importante para llevar al campo la línea de alta tensión. Que se concreta en 1971. A partir de 1970 la Congregación decide suspender el pensionado católico dado que la mayoría de los pueblos cuentan con establecimientos educativos. En el año 1975 se festeja el cincuentenario del Colegio con diversos actos y se inicia la enseñanza mixta desde preescolar hasta 3° grado, que irá extendiéndose hasta los cursos superiores. En 1977 se comienza con la enseñanza personalizada, una atención a la persona, a las características individuales de cada alumno. Por este tiempo se duplican los cursos de primaria, y se crean nuevas secciones del Jardín para los niños de 4 años y Preescolar de 5 años. En 1993 se adquiere un inmueble en calle Belgrano. En 1990 comienza la construcción sobre calle 9 de julio de un edificio contiguo al Colegio, en el que se ubican la planta baja, la biblioteca, microcine, la Capilla, sala de informática, y en la planta alta el gimnasio. A partir del 1 de enero de 1997 comienza la reorganización del Colegio actuando el Pbro. Carmelo Greco como representante legal de Colegio y Director general. En esta nueva etapa se dan cambios: se habilita el jardín de 3años, se contrata una biblioteca más, se adquiere un edificio contiguo al ya adquirido sobre calle Belgrano, se adquiere un terreno adyacente al actual campo de deportes sobre la ruta 7, y son 8 hectáreas. Es en este año de 1997 cuando los Hermanos abandonan el Colegio. Algunos otros hechos importantes más recientes son: en el año 2004 inicia la Comisión Ejecutiva, en el año 2013 se inaugura el jardín de infantes sobre calle Belgrano y comienza la modalidad Informática, y en el 2017 se firma el acuerdo de obra asociada con los Hermanos Maristas y el Obispado de Rafaela.
¿Cómo es su nombre? ¿En qué años concurrió al colegio?
Cintia Borda: Cintia Borda. Desde jardín de infantes hasta mi egreso de secundario en año 2000.
¿Conoce algo de los inicios del colegio? ¿Sabe algo sobre la época de los alumnos pupilos en el colegio y de los Hermanos Maristas?
Cintia Borda: Sí estaba en conocimiento, pero mínimamente.
¿En qué aspectos edilicios (edificio, aulas, patio) fue cambiando el colegio desde que usted asistía?
Cintia Borda: El jardín de infantes, patio, los ingresos, sector de cantina.
¿Tiene información sobre la campana, las máquinas de escribir y la sala de computación dentro del colegio?
Cintia Borda: No.
¿Qué recuerdos tiene del campo de deportes? ¿Qué recuerda de los viajes escolares y campamentos?
Cintia Borda: Íbamos al campo para gimnasia o eventos del colegio, familiares o deportivos.
¿Cómo fue su vida y trayectoria en el colegio?
Cintia Borda: Tengo buenos recuerdos, y buenos amigos.
¿Cómo eran los recreos?
Cintia Borda: Recuerdo las compras en cantinas y juegos (soga, elástico).
¿Cuál era su asignatura favorita? ¿Por qué?
Cintia Borda: Las Ciencias Sociales. Soy Psicóloga ahora.
¿Hay algún profesor que desee destacar por haber sido importante para usted durante su trayecto escolar? ¿Por qué?
Cintia Borda: No.
¿Se siguen juntando los grupos de exalumnos de su promoción?
Cintia Borda: Sí, en ocasiones con todos, con algunos tengo relación fluida.
Si tuviera que elegir algún momento, recuerdo o anécdota importante y divertida de la vida de la escuela: ¿Cuál elegiría?
Cintia Borda: - (Respuesta no proporcionada en el texto)
¿Qué le parece la idea de la reapertura del museo?
Cintia Borda: Siempre es bueno juntar los recuerdos.
¿Qué representa para usted el Colegio “San José”?
Cintia Borda: Fue mi escuela durante mucho tiempo de mi vida.
¿Cómo es su nombre? ¿En qué años concurrió al colegio?
Ricardo José Bruno: Me llamo Ricardo José Bruno. Concurrí al colegio desde 1950 a 1955. Realicé toda la escuela primaria.
¿Conoce algo de los inicios del colegio? ¿Sabe algo sobre la época de los alumnos pupilos en el colegio y de los Hermanos Maristas?
Ricardo José Bruno: Antes funcionaba allí un colegio particular. Los Hermanos Maristas se hicieron cargo del colegio el 5 de enero de 1925. Desde sus inicios hubo alumnos pupilos. Algunos permanecían en el colegio durante toda la semana. Otros mucho más tiempo porque generalmente eran niños de pueblos vecinos. También había alumnos medio pupilos, o sea, iban por la mañana, almorzaban en el colegio y regresaban a sus casas por la tarde, finalizado el horario escolar, porque teníamos clases de jornada completa.
Todos los pupilos estaban a cargo de un Hermano Marista.
¿En qué aspectos edilicios (edificio, aulas, patio) fue cambiando el colegio desde que usted asistía?
Ricardo José Bruno: En esa época, el edificio del colegio abarcaba la esquina de calle 9 de Julio y Necochea, aproximadamente media cuadra de cada lado. Esa es la parte antigua de la construcción.
En la planta baja estaban la dirección, las aulas, la capilla y el comedor. El resto era patio en el que había un mástil donde todas las mañanas, antes del inicio de clases, se izaba la bandera.
La planta alta estaba ocupada por los dormitorios de los pupilos y de los Hermanos.
¿Tiene información sobre la campana, las máquinas de escribir y la sala de computación dentro del colegio?
Ricardo José Bruno: Para el inicio y finalización de las clases se tocaba la campana. Lo mismo ocurría con los recreos.
No había sala ce computación.
¿Qué recuerdos tiene del campo de deportes? ¿Qué recuerda de los viajes escolares y campamentos?
Ricardo José Bruno: El campo de deportes estaba ubicado dentro de la ciudad, a tres cuadras del colegio. Ocupaba aproximadamente media manzana, entre las calles Sargento Cabral, Aristóbulo del Valle y Saavedra. Tenía una cancha de fútbol pequeña y otra grande y una de frontón. Íbamos los jueves por la tarde.
Viajes escolares y campamentos no había.
¿Cómo fue su vida y trayectoria en el colegio?
Ricardo José Bruno: Fue una parte de mi vida muy importante, que recuerdo con mucho cariño. Teníamos clases todos lo días, desde las 8:15 hasta las 12:15 y por la tarde de 15:00 a 17:00 (menos los jueves). Usábamos guardapolvo blanco.
¿Cómo eran los recreos?
Ricardo José Bruno: Los dos recreos duraban 10 minutos. Jugábamos a las bolitas y a las figuritas. Había un kiosco, atendido por el Sr. Ércole, que vendía golosinas.
¿Cuál era su asignatura favorita? ¿Por qué?
Ricardo José Bruno: Mi asignatura favorita era Geografía, porque siempre me gustó conocer el mundo. También Matemática era de mi agrado.
¿Hay algún profesor que desee destacar por haber sido importante para usted durante su trayecto escolar? ¿Por qué?
Ricardo José Bruno: En ese entonces los maestros eran todos Hermanos Maristas. Usaban sotana negra con un “babero” blanco. Eran españoles, italianos y argentinos. Recuerdo a los Hermanos José, Lorenzo, Emilio y el director Hermano Elías. Todos fueron importantes durante mi trayecto escolar; a ellos led debo mi educación.
¿Se siguen juntando los grupos de exalumnos de su promoción?
Ricardo José Bruno: Los grupos de ex alumnos no nos seguimos reuniendo.
Si tuviera que elegir algún momento, recuerdo o anécdota importante y divertida de la vida de la escuela: ¿Cuál elegiría?
Ricardo José Bruno: Al terminar el ciclo lectivo se hacía el acto en el Cine Avenida.
Constaba de dos partes: la primera, formal, donde se cantaba el Himno Nacional, el Himno del Colegio y se entregaban premios a los alumnos, premios de religión y a amigos del colegio. También se realizaba el traspaso de abanderados y escoltas para el año siguiente.
La segunda parte consistía en la representación de números artísticos a cargo de los alumnos.
¿Qué le parece la idea de la reapertura del museo?
Ricardo José Bruno: Me parece una buena idea la reapertura del Museo, para que los jóvenes conozcan las diferentes etapas del colegio; es decir, su historia.
¿Qué representa para usted el Colegio “San José”?
Ricardo José Bruno: Como ya dije, el “San José” es una parte muy importante de mi vida porque allí realicé los primeros pasos de mi educación.